Chingo yo, chingas tú... ¡Chinga tu madre!

El concierto ya había comenzado, eran las 8:45 cuando llegué al Coliseo Centenario, desde las afueras se escuchaba la canción Inmovil interpretada por Le Barón ¿Dónde te has metido, a dónde has ido? ¿Dónde estás? Justo cuando más te necesito... Uff... que buena rola pensé, entré corriendo apresuradamente para acceder a la zona VIP del recinto, pero grata sorpresa me encontré, al ver detrás de la puerta un guardia indicando que ya no podíamos acceder civiles comunes y corrientes, sólo personal de prensa y vendedores diversos. De ipso facto subí a las escaleras para presenciar el magno evento a la lejanía, sin saber que desde el otro acceso a la zona VIP el guardia si estaba permitiendo el acceso, sin dudarlo, baje las escaleras corriendo para llegar al otro acceso y recibir una enorme felicidad al indicar el personal de seguridad: "Pásenle, rápido, hasta ahí"... Logré acceder a la planta baja.


Ya adentro, con un caminar de superioridad sacando pecho y con la mirada al frente como para darle a conocer a los que estaban arriba: "Soy chingón, estoy en mejor zona que tú", por supuesto, nadie me veía y muchísima gente más estaba abajo porque habían llegado temprano, comencé a caminar en busca de alguna persona conocida, pero vaya distracción, al voltear a ver al escenario observe a la guapa bajista del grupo, me había quedado anonadado ante tal belleza.


Terminó la participación de la banda y aluzaron el recinto, siendo más factible la búsqueda de amistades dentro, iba a la puerta de acceso y observaba a los civiles desesperados por ingresar, Ja! pobrecitos... <pensaba> ahora que yo si podía burlarme al estar dentro.


¡Molotov, molotov! gritaba la gente efusivamente, se encontraban desde jóvenes de 13 años hasta señores de 50, pero eso si, con su playera negra y pelo largo (como si fueran a un concierto de Metallica), eran apróximadamente las 9:00 P.M. y salió el presentador para dar aviso a que enseguida tocarían cinco bandas participantes del Rockampeonato para ganarse un lugar en una disquera.


Comenzó la guerra de bandas con Dependientes del Beat, el vocalista tenía un look extravangante, tal vez era su estrategia para ganar la atención del público y así tener más conexión, parecía mas bien como un pulpo, o algo así. En cuanto a nivel musical, tenía ciertas influencias con Nortec Collective, algo interesante y muy buena música.


Continúo la batalla con Vía Satélite, ¿Y esos quiénes son? todos se preguntaban, más que rock, sonaban como una cursi canción de Belanova, lo único que valía la pena era la vocalista que estaba bonita en demasía, un cuerpo delgado y hermoso y, por supuesto, los hombres no dejaron esperar para gritar: ¡Vuelta, vuelta! Dios mío, la gloria habia tocado el escenario. (Creo que me enamoré de ella, Ja!). Dos canciones tocaron para dar paso a Volagio.


Volagio tocó canciones en inglés que realmente prendieron al público en general, como ninguna de las dos bandas anteriores, se veía casi todo el Coliseo saltando y con los brazos arriba, y digo casi todo porque no faltan los clásicos apáticos que van sólo por una banda y no a divertirse con todo lo demás.


Ceres fue la banda siguiente, una banda que no propuso ni tuvo conexión con el público, pasó de noche su presencia, a excepción de las señoritas que enérgicas gritaban: ¡Estás bien guapo, chiquitito! tal vez eso fue lo que los hizo llegar a una semifinal de un concurso nacional.


Pelayo fue el grupo determinado a cerrar con broche de oro el concurso de bandas, pero los espectadores se llevaron una desagradable sorpresa, ya que sus melodías sonaban más bien al rapero Porta, una voz desagradable, y, para acabarla, acompañado de una gorda apática. Ésta actuación se llevó rechiflas y mentadas de madre, por lo que al vocalista no le quedó de otra que sonreír nerviosamente esperando el final de su participación.


Pasaron apróximadamente 35 minutos para que se diera a conocer el ganador de la banda, dieron el porcentuaje de cada una, siendo Volagio la ganadora.


Por fin, después de una larga espera, cerca de las 11:15 P.M. apareció en escena Molotov con la canción Noko, esa que dice: "No comeremos mañana ni hoy mamí, nos comeremos aquí entre los dos nena". Casi nadie la conocía, igual hubo varias personas que lo disfrutaron.


Sonaron sus grandes éxitos como Changüich a la chichona, Frijolero, Gimme the Power, Marciano, Mátate Tete, Chinga tu madre, entre otras.


Pero las dos que se llevaron la noche por supuesto, fueron Puto, que era la más esperada de la noche para hacer desmadre, gritar, brincar y pegarnos como viles pendejos, y Rastamandita, si, esa que va: "Baila rica nena, sabrosito, baila rica nena, más pegadito, me gusta chichi, me gusta chacha..." ya que, aparte de ser la canción con la que cerraron, subieron a señoritas a bailar para deleitarnos la pupila los hombres, y vaya sorpresa al ver a una zorra desnudándose para llamar la atención, mostrando nalgas y por poco y sacaba los senos, igual tenía un cuerpo extremadamente feo, era de causar pena ajena.


Aproximadamente a la 1 A.M. finalizó el concierto, cumpliendo las expectativas, fue un excelente concierto sin duda alguna, salieron los expectadores con una enorme sonrisa y aún finalizado el concierto, con ánimos de seguir cantando: Chingo yo, chingas tú... ¡CHINGA TU MADRE!



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